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Como me imagino la vida en la otra ciudad

eduardo avendaño (performance)

 

 

Me la imagino húmeda y fría.Trepando montañas, corriendo al lado de lagos o ríos. Mucha cerveza - mucho control. El idioma me asusta....encuentros y desencuentros. Reuniones con gente conocida. Proyectos-arte-amor!!!!

 

 

marianela depetro (fotografía)

 

No conozco absolutamente nada acerca de Munich. Para hacerme una idea tuve que instalarme el Google Earth y juro que me asusté... me paralicé. 

macarena fernández hofmann (performance)

 

Conozco a Munich. Para mi es la ciudad de algo muy lindo que no puedo nombrar que es y de la alemana mas loca del mundo. Eso es lo que es - para mi.

Como me imagiono la vioda alla? Me imagino a mi con mi doble, tocando en una banda de punk, llevando bebes a pasear con carrito para bebe aleman tipico y tomando cerveza en mamadera. Seria mas seria y mas punk.

ana mcCarthy (pintura)

 

Buenos Aires podria ser todo lo que quiero

no tengo ningun imagen de lo que podria ser

me lo cuentaran

algun sitio es cualquier sitio chicos

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Mario Bravo Gallardo (video)

 

Múnich la imagino silenciosa. Casi muda. Sus calles ordenadas geométricamente donde los individuos que comparten este momento histórico, sólo los convoca nada más que su angustia existencial. La imagino en blanco y negro, teniendo un protagonismo extremo lo tipográfico y lo señalético que resaltan en colores prescriptivos. Las flechas no apuntan para ningún lado, sólo ordenan los cuerpos que no van a ningún lugar. Los sujetos repiten rutas e inercias. Quizás escucho un suspiro. Quizás escucho un pedido de auxilio. Múnich se devora a si misma como toda ciudad moderna y su vocación de ordenadora de cuerpos provoca el quiebre radical con la posibilidad del orden en el sujeto. El caos va por dentro y cada cual libra su propia batalla.           

Que me gusta de mi ciudad

eduardo avendaño (performance)

 

Los espacios para encuentros con amigos o desconocidos.El teatro,el potrero.Los cafecitos de BsAs.La primavera,el verano,el otono y el invierno.La parrilla de los domingos.El llamado de algun amigo.Las salidas en pareja.El amor.El brindis con vino tinto. El viajar en tren y mirar por la ventana.La noche,el dia.

 

sabine kuhn (fotografía)

 

Munich me gusta en verano. Andar con la bici por los amplios parques, pasear por las playas del río Isar, descansar y leer en el pasto de las piletas al aire libre debajo de árboles que tienen cientos de años, flotar en el río Eisbach bajando con la corriente y tomarme mojada el tranvía para volver, comprar a la noche algo para tomar en un kiosko y sentarme a lado del río y charlar. Eso no sale casi nada – al contrario de todo lo demás acá– y es posible para todos.

 

Siento que el “verano” en Munich dura dos semanas. El resto del tiempo hace frío hasta que está helado, reina el dinero y hay que buscar los pocos nichos que hospedan a la gente que no tiene el consumo como meta en la vida. Existen.

soledad amido (performance)

 

El movimiento nocturno, la calle corrientes, las librerías, los teatros, los cafés, las charlas a los gritos, la discusión interminable, la terquedad, la guía-t, el cielo, los árboles, el viento en otoño, los bancos en las plazas con desconocidos sentados juntos, los viejos que se toman colectivos de noche y son autónomos a pesar de tener muchos años, la "aún viva" reserva natural de costanera sur, los pasillos del teatro san martín, los negocios viejos llenos de polvo, los cines, las calles de San Telmo, los graffittis de las calles de Chacarita, las pizzas de todos los bares, los tostados de jamón y queso, las cervezas de verano frente a un supermercado, los recitales en la calle, las marchas por cualquier cosa, los vagones viejos de la línea A, avenida de mayo, el pasaje donde vivo cerca del Cid Campeador, mis amigxs, las canchas de fútbol abajo de la autopista, los chicos que juegan al fútbol en cualquier cancha, caminar un domingo a la mañana por cualquier calle de mi barrio para comprar el pan, una madrugada de sábado tomarse un colectivo en donde todos están durmiendo contra la ventana, una tarde de verano donde la ciudad está vacía y un día lluvioso en invierno cuando oscurece a las seis de la tarde y los paragüas se chocan porque nadie sabe manejarlos. Buenos Aires es potente y hostil, preciosa y tremenda. Amo y odio mi ciudad al mismo tiempo. 

 

 

ana mcCarthy (pintura)

 

Nadie entiende lo que me gusta de este lugar. Lo que me gusta tiene que ver con un perro, montañas, botas rojas, sucias y uñas de los dedos de las manos, agua, contención, sótanos húmedos que son todas mías y una gran disposición para la acción. 
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andrea fasani (música)

 

Como una página blanca para comenzar con la tinta sin detenerme.

Ríos de cerveza y risas, puertas adentro.

Tecno-sonido en medio del verde, mucho frio, arte y más arte, ópera a full.

Los helicópteros de Stockhausen sobrevolando su arquitectura monumental.

pablo martín (dibujo)

 

imagino Munich como otro planeta, un lugar totalmente diferente al que vivo, pero habitado por gente exactamente igual. 

 

soledad amido (performance)

 

Verde claro verde oscuro nieve blanco gris invierno bosques árboles navidad galletitas naranjas golosinas ositos Haribo bigotes barba gordos sonrisas amarillas papa cebolla repollito de bruselas colinas bicicletas soledad noche cerveza vasos grandes brindis ajenos felicidad fragmentada historia profunda pesada pasada duradera herida música trajes mujeres voluptuosas calidez primavera pasajera cúpulas sol calefacción café hojas en el cielo azul música trompetas flautas bombos redoblantes botas pies grandes cordones uñas largas zorros colorados entre pinos rosados polleras casas okupas juventud reventada punk cultura frambuesas anarquismo edificios vacíos calles barridas orden aparente mientras una pava hierve caliente en una cocina abandonada y a la otra punta de la ciudad un señor va a su oficina con traje y corbata mientras su mujer mira televisión o riega las plantas del jardín caminos largos paisajes enrarecidos con un marco de nostalgia y un abrazo generoso y sentido en un puente teñido de colores y viento. 

 

sabine kuhn (fotografía)

 

Lo que sé de Buenos Aires Buenos Aires, en donde estuve algunas veces,  es que es tremendamente grande y ruidoso, un poco polvoriento y está atravesado por un sistema de tránsito muy enrevesado. Cuando me imagino vivir ahí me veo pasando mucho tiempo arriba de colectivos para llegar a todos los lugares interesantes. La vida pasaría más rápido y de una manera más caótica. Imprevisible. En el verano tendría que irme al sur o a la costa, si no estaría semanas sin dormir por el calor y el ruido.

Algunos días no aguantaría la masa de gente. Eso sería todo un estado corporal y quizás pasaría mucho tiempo en mi departamento. Sola.

andrea fasani (música)

 

Elegí  Buenos Aires. No es mi ciudad natal. Es la ciudad que elegí.

Hace 36 años que vivo en BA y es, irreversiblemente, mi ciudad.

Jungla asfaltada, infernalmente ruidosa, mezcla de mezclas, me altera y alimenta en exacta  proporción.

Me encanta caminar por las calles de microcentro vacío, su arquitectura, las librerías, los cines, la tremenda movida cultural.

Siento un gran placer al salir del Subte y ver los jacarandaes florecidos en la Plaza de Mayo, cuando voy a mi trabajo.

Recorrer BA es un viaje de ida aterrador y fascinante.

Quiero a esta ciudad con su locura cotidiana, aunque a veces desearía derribar su Obelisco.

macarena fernández hofmann (performance)

 

El olor a garrapiñáda, la percepción que solo tiene un porteño del río: que está ahí aunque no lo veas. Que podés hacer un cursito de todo lo que quieras en esta ciudad, entonces nunca podés decir que no lo hacés porque no existe...La calle Corrientes sábado a la noche con la actitiud de que ahora consumimos cultura y pensar que esta actitud tiene una tradición de más de100 años.

marianela depetro (fotografía)

 

En Buenos Aires existe una muy rica mezcla de culturas y lo que me llama más la atención son ciertos lugares que han quedado detenidos en el tiempo, donde se puede sentir todavía otro aroma. 

El clima es algo que también me gusta acá... las estaciones están bien marcadas y les dan a la ciudad siempre un matiz diferente.

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pablo martín (dibujo)

 

la diversidad, mirar a la gente y encontrar siempre algo nuevo, diferente. 

Mario Bravo Gallardo (video)

 

Como todo pensamiento moderno, Buenos Aires se nos vuelca como un territorio definido por una frontera no espontanea. Como un espacio determinante de los cuerpos y espíritus ciudadanos que convergen día a día, minuto a minuto, suspiro a suspiro. La ciudad no descansa. Es inconclusa en su naturaleza. Esto devela que no existe el instante fijo que nos hace creer la misma frontera arbitraria, sino que más bien, coinciden instantes vulnerables, cuerpos extraños y pensamientos sin retorno. La ciudad es fluidez por sobre todas las cosas, por lo tanto, es inasible, impalpable. ¿Qué es Buenos Aires?, ¿dónde puedo quitarme esta imposibilidad de plasmar en palabras su significado?. ¿o sólo es un significante?. Quizás en realidad no existe y sólo somos caminantes de un tiempo compartido, donde podemos conocerla en su devenir temporal siguiendo el eterno recorrido del calendario. Quizás, Buenos Aires es nada más –y nada menos- que un pensamiento y una palabra que componen un culposo mándala divino..

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